
El niño de Manpatá
Madrid-Bissau
Ángel Sanchís Perales
3/6/20251 min lesen
Camina con la cabeza baja, como si estuviera reflexionando. Imposible saber lo que está pensando.
Se llama Amadiño y viste pantalón raído, medio roto, seguramente comprado de segunda mano, en algún mercadillo que trae ropa usada de España.
Amadiño no está contento con tener que ir a una escuela precaria de unos 40m2, en la que no caben los 330 alumnos/as, tienen que hacer turnos y mezclar edades. La eficacia es bajísima y ardo en deseos de solucionar este problema.
Amadiño no está desnutrido y parece feliz. Es uno de mis 330 niños/as de la escuela de MANPATÁ que, a través de MYA (Sociedad Solidaria para Obras Sociales y de Caridad en África), invierto lo necesario para su funcionamiento. Hasta que la BUROCRACIA y PASIVIDAD de las Autoridades de GUINEA BISSAU, me permitan construir una escuela para unas 500 personas, que requerirá una gran inversión y tendrá unos ESTÁNDARES DE CALIDAD, que NO tendrán NADA que envidiar a los mejores colegios de Madrid.
Amadiño tiene unos 14 años. Parece inteligente y listo pero con un RICTUS de TRISTEZA, como si supiese que sus antepasados fueron esclavizados durante más de 400 años. Que aunque la esclavitud se ABOLIÓ en el siglo XVIII, en realidad dura hasta nuestros días.
Amadiño aún no sabe que la SEGREGACIÓN RACIAL duró hasta el año 1961.
Amadiño aún no sabe, que ya abolida la esclavitud, aún no podían viajar en los mismos autobuses que los blancos, ni ir a los mismos hoteles o a los mismos restaurantes.